No cabe duda, de que la Casa del Pavo es un edificio emblemático en Alcoy, su potente fachada modernista provoca en el espectador una tremenda inquietud. Al levantar la vista, nadie queda indiferente ante su grandiosidad. Una fachada rica en ornamentos naturales, en la que conjugan distintos oficios, la piedra, el metal, la madera…Una composición bien estudiada por sus creadores, el arquitecto alcoyano Vicente Pascual Pastor y el pintor Fernando Cabrera, que juntos ingeniaron esta obra artística a principios del siglo XX.
No cabe duda, que el esplendor de la época, con una burguesía adinerada y una industria próspera, pudo ser un buen germen para potenciar obras de estas características, no en vano la calle San Nicolas, está repleta de ejemplos edilicios de la época que parecía que disputaban mostrar sus riquezas, creando fachadas de alto valor monumental.
En concreto, La Casa del Pavo y su fachada es lo único que podemos admirar desde la calle, pues se trata de una propiedad privada y no es posible acceder a su interior. Múltiples son los turistas que paran en la pequeña acera de la calle para fotografiar esta fachada y múltiples los grupos de estudiantes que acompañados por sus profesores se detienen para admirar la obra.
Pero. ¿Qué hay más allá de la fachada?, ¿Es tan interesante su interior como la piel que la muestra, viva y entusiasta al ciudadano?
Este edificio se construye sobre un solar rectangular, su fachada es pequeña en proporción a su profundidad. El solar se estructura en tres partes: el edificio principal, donde se ubican las viviendas, formado por planta baja más cuatro alturas, la planta baja y la primera son anexos de la vivienda principal, la planta noble, se encuentra en la segunda altura. El resto de las plantas superiores son viviendas de nivel inferior. Posteriormente el jardín y al fondo otro cuerpo edificado que fue el estudio del Pintor Cabrera.
Cabe señalar, como curiosidad, que no tiene una puerta principal, sino dos, una a cada lado de la fachada. De este modo, se independiza el acceso de los señores del resto de las viviendas. Así pues, a la vivienda noble se accede por la puerta de la izquierda. Una vez en el interior, un vestíbulo sobrio y frio, nos da la bienvenida a la puerta de entrada a la gran escalera interior que sube a la planta principal. Si el exterior nos fascinó, cuando estamos en este espacio nos embelesamos por la riqueza de sus detalles, la hermosa barandilla de hierro y la hoja de acanto de grandes dimensiones que preside a modo de dintel la entrada a la escalera. Parece sacada de un cuento de Dante. Desde aquí, podemos subir o penetrar en las entrañas del viejo edificio. Cuartos de anejos con sabor antiguo, la vivienda del guarda y la salida al jardín por una preciosa puerta modernista elaborada con forja y vidrios de colores.
La planta superior, o vivienda principal, no consta de una sola vivienda, sino de dos, que se comunican entre sí por varios puntos. Entrar en estos espacios, nos traslada inequívocamente a la época modernista de principios del siglo XX. Las paredes permanecen tapizadas por papeles recargados de diversos dibujos y colores. Los dinteles de las puertas interiores, parecen sacados de una catedral, por su riqueza decorativa en la madera. Los techos están repletos de frescos pintados por el maestro Cabrera. Los muebles son los originales y permiten saborear una atmósfera rica y ostentosa de la burguesía alcoyana. Los cuadros del Pintor Fernando Cabrera están por todas partes, grandes, pequeños, pero siempre espléndidos.
Una vez te trasladas por el jardín, hasta llegar al estudio del pintor, vuelves la vista y encuentras detallescuriosos, como el invernadero, en madera y hierro forjado. Un pequeño estanque central a modo de parterre con decoración de plantas de interior a su alrededor. Llegamos al estudio del pintor, un espacio de grandes dimensiones y gran altura, donde no queda nada de aquellas preciosas fotos de entonces, con la gran chimenea que presidía el recinto. La fachada de este espacio es más sobria que la principal, pero no deja de tener una fuerza especial. Arcadas morunas y revestimientos de piedra tosca que terminan por rematar el volumen por medio de un torreón a modo de castillo. Como si de un feudo del pintor se tratara. Su estudio, su templo, su trinchera….
Estamos trabajando en el levantamiento planimétrico de su interiory buscando alternativas que permitan que pueda ser visitable. Desde Rotary Club Alcoy, junto con la familia propietaria y el Excmo. Ayuntamiento de Alcoy, trabajamos para hacer realidad un sueño. Poner en valor la figura del pintor alcoyano Fernando Cabrera y La Casa del Pavo, y poder mostrar su interior al pueblo de Alcoy.
Antonio Aracil Payá
Arquitecto
Deja un comentario