Gracias a tantos por tanto

       

Gracias a tantos por tanto

Vaya por delante el profundo  respeto y el sentimiento de pesar y tristeza por todos los que se han ido a consecuencia de este mal que nos ha invadido.  

Unido a estos sentimientos va inseparable el sentimiento de gratitud a todos los que estáis colaborando y participando directamente en la lucha contra la pandemia que nos invade.

Gratitud a profesionales y trabajadores de todos los ámbitos que seguís  desarrollando vuestra actividad, ahora con mayores dificultades y más esfuerzo. Gracias por vuestra entrega.

Gracias a todos los ciudadanos por la manifestación de solidaridad, de cuidado, ayuda  y esmero en las esporádicas y cortas relaciones que la necesidad nos obliga ocasionalmente a tener.

La situación (como imagino que nos ocurre a todos), me lleva a buscar cómo y por qué actuamos los humanos ante estas situaciones, y encuentro que junto con el dolor y el miedo, la frustración y la rabia, el enfado y la impotencia, en la crisis afloramos oleadas de solidaridad en favor de las personas más vulnerables. Emerge lo mejor de la condición humana: la capacidad de empatía y la práctica de la compasión.

Esta capacidad que siempre tenemos  ahí, pero con frecuencia  está adormecida porque nuestros intereses giran todavía alrededor de nuestro pequeño mundo, en las crisis, nos remueve  y se activa en nosotros haciéndonos ver lo vulnerables que somos y la capacidad de amar que tenemos.

El sentirnos vulnerables nos saca de nuestra zona de confort  y de las defensas con las que nos acorazamos, lo que nos permite ver lo frágiles que somos. Y eso nos hace sentirse humanos y que nos encontremos con la “vulnerabilidad compartida” de los que nos rodean, aflorando  el sentimiento de amor que necesitamos compartir.

Como en todo, necesitamos de  un proceso; y en la medida en que avanzamos en la aceptación de la propia vulnerabilidad, va apareciendo nuestra mayor fortaleza, aprendiendo a abandonar nuestras fortalezas fabricadas (todas ellas ilusorias como vemos en estos momentos de crisis e incertidumbre) reconociendo y aceptándonos tal como somos, sin ocultarnos nuestros miedos y sin maquillar nuestras carencias.

Desde ahí es de donde comprendo que la cercanía cálida, la ayuda servicial desinteresada,  se manifiesten con tanta intensidad entre las personas como médicos, enfermeros/as, auxiliares, celadores/as limpiadores/as que conviven con la vulnerabilidad y la palpan a cada paso de su tarea.

Desde ahí es de donde brotan mis sentimientos hacia todas y cada una de esas personas: gratitud, aprendizaje, cuidado.

¡Gracias! porque en los momentos más difíciles de la vida de una persona, ofrecéis el mayor regalo que se puede hacer: estáis ahí para ella.

¡Gracias! También por el aprendizaje que me mostráis uniendo a vuestra vulnerabilidad el amor que ofrecéis y lo convertís en compasión y solidaridad.

¡Gracias! Porque sois vulnerables y no escondéis vuestra vulnerabilidad y eso requiere que llevéis mucho cuidado hacia vosotros/as.

En estos momentos de gran riesgo, de tanto esfuerzo, cansancio, estrés, impotencia;  entendemos muy claramente que aparezca el temor a sentirse frágiles y a romperse.

Desde ahí, necesitamos animaros a que encontréis el cuidado que necesitáis de amaros a vosotros mismos, de auto-acogida y auto-comprensión, del descanso que os  sea posible, de oxigenar la sensibilidad, de humor, de momentos de silencio.

Apreciad y saboread la riqueza humana que estáis transmitiendo en beneficio de las personas más vulnerables. Reconocerlo, aceptarlo, ser conscientes de lo que somos las personas y de lo mejor que brota en ellas, es una gran fuerza de transformación personal y social.

Gracias por vuestro servicio, por vuestra sonrisa, vuestra presencia. Gracias también por vuestro cansancio, vuestra pena, vuestra frustración, vuestro enfado, vuestro miedo y vuestros “bajones.”Todo ello  forma parte de nuestra condición humana y nos enseña a aceptarnos.

El veros a vosotros y a  vosotras, a  todo el personal sanitario,  nos ayuda a saber encontrar el potencial y la grandeza posible que hay en la persona humana.Nos hacéis sentirnos “personas”.

Dentro de mi proceso personal en el que empecé rehuyendo de ese cariñoso aplauso diario, he pasado  a participar diariamente en él y enviaros cada día con mi mayor sentimiento la palabra ¡Gracias!

Javier Ferri

Presidente de Rotary Club Alcoy

El vídeo  nos muestra la salida de la primera paciente grave dada de alta en “nuestro Hospital”.

Publicado el 29/3/2020 en Artículos

       

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